LA
FAMILIA,
según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural
y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y
del Estado.
Reflexionar en torno a las nuevas
realidades familiares obliga a repensar los valores sociales como la solidaridad, el compañerismo, el respeto
hacia el otro, también se plantean otros términos como el amor, el género, el poder, el individualismo, estilos
de crianza de los hijos, los vínculos, la conexión con el otro; cuestiones
nucleares que afectan nuestra identidad
como sujetos debido a que la realidad en
la que estamos insertos es muy compleja.
Cuando hablamos de la familia postmoderna, pensamos
desde los cambios que se produjeron a
nivel comunicacional y vincular entre los miembros que la componen, el cómo
interactúa cotidianamente.
La familia actual es
diversa y esta diversidad es reflejo de una sociedad multidimensional. Fruto de transformaciones se hace obligatorio
que la familia se adapte a las necesidades de sus miembros, pues a medida que
varía su edad, conocimientos y estilos de vida, ésta debe dar a sus miembros
otras opciones de desarrollo.
Salvador
Minuchin: la familia debe adaptarse a las circunstancias cambiantes manteniendo
la continuidad y fomentando el desarrollo psicosocial de sus miembros, ya que
ésta debe ir trasformándose, en la medida que sus miembros así lo hagan,
adaptándose a los intereses y motivaciones de los que la conforman, no
transigir en sus valores y tradiciones, pues dejaría de ser una familia para
convertirse en una pieza de vestir que se acomoda a quien la lleva puesta, adaptarse es motivar entre sus miembros
la necesidad de capacitarse y fomentar el respeto por las decisiones de
unos y otros haciendo que los lazos se fortalezcan.
Las
necesidades económicas, sociales y profesionales de hoy día, hacen que sea
imposible que los padres pasen mucho tiempo con sus hijos por ello es importante tener en cuenta
que los lazos principales que definen
una familia son los vínculos de afinidad.
Muy a menudo escuchamos decir que
las familias de hoy no son sanas, debido a los diferentes estímulos negativos
que le ofrece la sociedad, la popularización de la Internet, los medios de
comunicación que cada vez son más agresivos e invasivos y promueven todo tipo
de cosas. Los modismos en conversación, vestimenta, tatuajes, piercing, son un
gran reto para la familia de hoy.
Fomentar entre los que integran
esta familia de la postmodernidad, el respeto, la solidaridad y la tolerancia
es uno de los grandes desafíos de este tiempo, pues estos valores garantizarán
que entre sus miembros se de una sólida unión fraternal. Una familia que
promueve entre sus miembros los valores humanos como estandarte, es una familia
sana.
Se debe hacer un espacio de
calidad, donde de manera natural sus miembros se reúnan, planeen y organicen
actividades en conjunto, estableciendo reglas, y sanciones para quienes
sobrepasen los limites fijados. Es propio establecer metas en común para que
todos se sientan identificados y comprometidos con los objetivos planteados.
La comunicación efectiva es la
base para que en el hogar se forjen mujeres y hombres visionarios, respetuosos
y libres, que al salir a la sociedad posean los aprestos necesarios para
enfrentar todo tipo de situaciones que ésta les presente. En el hogar se les
deben dar las primeras informaciones en cuanto a sexualidad, drogas, y riesgos
psicosociales, esto con la finalidad de edificarlos mejor.